Traspasamos el umbral de nuestro “espacio exterior” y accedemos a una zona interior definida por un espacio eminentemente “gastro”. Una barra longitudinal rematada a su término con una impresionante zona de plancha-parrilla “showcooking”, que precede a un ambiente contiguo y diáfano, habilitado con mesas donde disfrutar de un estupendo picoteo, de una hamburguesa (míticas en Lucio Asador Gastrobar) o de una parrillada de carne o de verduras… la barra, como de costumbre, es una auténtica fantasías de tapas, pinchos y cazuelitas, además de un hervidero de la vida social palentina. Todo un abanico de referencias de la Ribera del Duero y de las principales D.O. para satisfacer los paladares más sibaritas, que además se pueden degustar por copas o por botellas completas.
En los muros de este espacio, podemos empezar a contemplar parte de las joyas de la colección artística que Lucio atesora con auténtica devoción, obras de pintores consagrados (la mayor parte de ellos locales) como Álvaro Reja, Félix de la Vega o Capel, entre otros…